Alberto Núñez Feijóo ya mira a La Moncloa tras haber sido reelegido presidente del Partido Popular en el XXI Congreso Nacional del PP, que ha concluido este domingo después tres días. Solo contempla gobernar en solitario, desde «la centralidad» y sin Vox, pero ha dejado claro que no veta pactos con éstos ni con el PSOE y que su único «cordón sanitario» a la hora de pactar, en caso de no obtener mayoría absoluta en las urnas, es EH Bildu. Consciente de que alcanzar esta meta «no será un camino por el campo», ha llamado a los suyos a no confiarse.
En su discurso de clausura, que ha estado precedido por el de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, Feijóo ha recordado a los ‘populares’ que ganar unas elecciones no implica gobernar, como ocurrió hace dos años. «Hay que asegurarse que ganar sirve para formar gobierno», ha subrayado, y ha llamado a no confiar en «la sonrisa de las encuestas»: «La única que vale es la de las urnas».
«Solo hay dos opciones, o Sánchez o yo, no hay más», ha advertido. Y ha dicho que su intención es ofrecer a los españoles «un gobierno estable» y «para todos», que esté sostenido «por una mayoría social y parlamentaria» que solo puede construir, ha subrayado, desde «la centralidad».
Feijóo ha cerrado la puerta a gobernar con Vox, que actualmente es su único potencial aliado, y ha recalcado que «el único gobierno de coalición que ha habido no ha funcionado«. Así, ha dicho no querer dar a España «los mismos espectáculos» por la división entre socios de coalición. Pero se ha mostrado consciente de que, si no logra mayoría absoluta en las urnas, necesitará alianzas en el Congreso.
«¿Vamos a establecer un cordón sanitario a Vox como nos pide la izquierda? No. Vox es la tercera fuerza política del país y sus votantes merecen un respeto. Yo no estoy dispuesto a arrinconarles» ha aseverado. Pero tampoco acepta imponer un cordón sanitario al PSOE, como le pide el partido de Santiago Abascal. Eso sí, ha asegurado que «con el sanchismo no se puede acordar». Pero eso no significa, ha proseguido, «renunciar para siempre a que el país recupere los consensos que requiere», porque la presidencia del Gobierno, ha proseguido, «requiere grandeza»: «Y yo la voy a tener».
Por contra, ha dicho que «por supuesto» habrá cordones sanitarios a EH Bildu y se ha comprometido a no sentarse con ellos ni abrirles el Palacio de La Moncloa si es presidente. Un cordón sanitario que, ha prometido, mantendrá mientras la formación abertzale no pida «perdón» por los asesinatos de ETA y no ayude a esclarecer los crímenes de la banda terrorista.
Y respecto los partidos independentistas, ha dejado claro que él no les dará lo que no «quiere» ni «puede»: «Yo no voy a firmar nada en contra de lo que hemos aprobado aquí. Nada es nada. Lo siento, a mí no se me da bien someterme al independentismo«. Por contra, ha ofrecido «claridad» y «vigilancia» a los partidos nacionalistas. «Yo no me dedico a engañar a nadie, tampoco a ellos», ha aseverado, y ha avisado respecto a posibles pactos: «Fuera de la ley, nada de nada».