El Partido Popular venció este domingo con holgura en Extremadura: 29 escaños y el 43,2% de los votos en una región que ha sido un bastión histórico de los socialistas durante todo el período democrático. Es un resultado mejor que los 28 representantes cosechados hace dos años y medio, pero dejan a la presidenta María Guardiola a cuatro escaños de la mayoría absoluta y necesitará de la abstención de VOX, ya que el PP suma más escaños que toda la izquierda juntos, aunque tratandose de Abascal no puede descartarse que sume sus votos a los del PSOE y Podemos para evitar un gobierno del PP en Extremadura.
Por su parte, El PSOE sufrió una debacle histórica al caer hasta 18 escaños (25,7%) mientras, Unidas por Extremadura, la coalición de Podemos e IU, subió a los siete representantes (10,3%) pero sin lograr capitalizar toda la sangría de votos en las filas socialistas.
El PP de Alberto Núñez Feijóo sabía que era muy difícil llegar al escenario de la mayoría absoluta —que está en los 33 diputados—, así que afrontaba estos comicios con el objetivo de sacar diez puntos al PSOE y superar la barrera del 40 %. Superó ambos listones con suficiencia.
Como tambien ha conseguido sus objetivos Santiago Abascal que es el partido que más votos ha subido y que con sus 11 escaños puede seguir haciendo pinza con el PSOE y Podemos para bloquear las instituciones extremeñas e incluso provocar una nueva convocatoria electoral.









