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12 febrero 2025
12 febrero 2025

EL ARTE DE NAVEGAR (MIGUEL CHICÓN)

“Que la tierra sea redonda: parece por evidencia manifiesta, porque si fuese llana igualmente amanecería a los que son en ocidente como a los que son en oriente, mas vemos que a los orientales les amanece primero: y a los occidentales después” Breve compendio de la sphera y de la arte de navegar, Martín Cortés, Cádiz, 1554.

Con la arribada de la flota de Colón a América y los sucesivos viajes que se van sucediendo, además de la primera circunvalación a la tierra de la expedición de Magallanes y Elcano, se pone de manifiesto que los conocimientos de los marinos no son suficientes para garantizar su seguridad ni el éxito de las expediciones. Como dice Salvador García Franco “la navegación se hace más difícil cuando se efectúa por océanos casi vírgenes de quillas”. Se hace perentorio la creación de reglamentos y exámenes a los que deben someterse los pilotos, quedando la expedición de los títulos bajo control de la Casa de Contratación de Sevilla.

En 1508, Fernando el Católico creó el cargo de Piloto Mayor, oficio constituido para examinar y graduar a los pilotos, además de para revisar la cartografía e instrumentos que debían emplearse en las largas, duras y peligrosas expediciones que se afrontaban. Y la primera persona nombrada por el rey como Piloto Mayor fue Américo Vespuccio, ante quien los aspirantes a pilotos debían acreditar sus conocimientos, prohibiéndose navegar a quien no hubiera sido examinado.

El descubrimiento de América, la travesía del Pacífico y la transformación del Estado, entre otros parámetros, hacen que la ciencia y la práctica se unan, siendo el arte de navegar, junto a la cartografía y a la construcción naval, la actividad científica más desarrollada en España durante el siglo XVI. Se empiezan a escribir libros con buenos fundamentos científicos, siendo los primeros la “Suma de Geografía”, de Martín Fernández de Enciso, y el “Tratado del esphera y del arte de marear”, de Francisco Faleiro.

Sin embargo seguían produciéndose numerosos naufragios, en cierto modo achacables a la falta de conocimientos de los navegantes, debida a la escasez de libros y de maestros capaces de divulgarlos. Esto impulsa que, casi a mediados de siglo, vean la luz dos obras altamente valoradas: “Arte de navegar”, de Pedro de Medina, considerado “the first great textbook on navigation” según diversos autores ingleses y americanos, y “Breve compendio de la sphera y de la arte de navegar”, de Martín Cortés. Estas obras son traducidas al inglés, francés, holandés e italiano y sirven de referencia para todos los navegantes de la época. El libro de Medina contiene un detallado mapa del mundo, que incluye todos los datos facilitados por los mismos pilotos que él examinaba. En el libro de Cortés destaca su teoría sobre la variación de la declinación magnética, teoría que impulsa intensos debates e investigaciones acerca del magnetismo terrestre y su gran influencia en las agujas de marear.

Siendo de gran importancia estos libros, no se deben pasar por alto otra serie de publicaciones, tal vez de menor recorrido que los ya mencionados, pero de gran importancia por su inestimable aportación a los navegantes. El “Regimiento de navegación”, de Pedro de Medina, o el “Compendio del arte de navegar”, de Rodrigo Zamorano, son ejemplos de este tipo de libros, que combinan teoría con ciencia y práctica de forma magistral. Estas publicaciones se ven beneficiadas por el desarrollo de la imprenta, que favorece su divulgación. También se escriben manuscritos que, aunque no tienen la suerte de ser impresos, sí que son realmente valiosos en cuanto a su contenido, tal es el caso de “Quatri partitu” de Alonso de Chaves o de “El libro de las longitudes”, de Alonso de Santa Cruz.

La entrada en el siglo XVII trae consigo un decadencia en las investigaciones y publicaciones que se hacen en España. Las que van saliendo podrían considerarse una prolongación de las anteriores. En el resto de potencias europeas se sigue investigando y se van desarrollando nuevas teorías que van haciendo evolucionar los conocimientos de la navegación. La llegada a España de los gobiernos ilustrados durante el siglo XVIII, sobre todo con la dinastía borbónica, hace que la censura se relaje y se permita más permeabilidad a los conocimientos y descubrimientos extranjeros, lo cual se traduce en la publicación de nuevas obras que enriquecen el conocimiento, dando paso a la ciencia de navegar.

“Tratado de trigonometría náutica y de la construcción y uso de las Escalas Plana y Artificial y de la tabla de partes meridionales y algunos problemas curiosos, que para la educación de los Colegiales del Real Seminario de Sr. S. Telmo extra muros de la Ciudad de Sevilla dispone Don Juan Sánchez Reciente”, 1742.

Miguel F. Chicón Rodríguez  (Capitán de la marina mercante)

(Nacido en Tánger en 1960, sus vivencias personales a ambos lados del Estrecho, especialmente Algeciras, ciudad donde también residió, y las recurrentes travesías del Estrecho de Gibraltar realizadas siendo niño le dejaron un poso que le llevó a cursar, años más tarde, estudios de capitán de la marina mercante en Palma y Barcelona. Desde 1978 hasta 1994 navegó como oficial en buques petroleros; en barcos frigoríficos; como alférez de fragata en la Armada española, y al mando de buques de pasaje, tipo ferry y embarcaciones de alta velocidad. Por último, ejerció como jefe del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Palma desde 1996 hasta 2022)

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