Sabido es que la Virgen de la Palma es la Patrona Oficial de Algeciras desde que el rey Alfonso XI reconquistase la ciudad a los musulmanes, entrando en la misma el Domingo de Ramos del año 1344, en medio de una procesión de palmas que llevó a la primitiva imagen de la Virgen hasta la mezquita mayor, donde se celebró una misa de acogida y se transformó el templo en cristiano la advocación de Nuestra Señora de la Palma.
Convertido el templo en Catedral por el papa Clemente VI, la nueva pérdida de Algeciras ante los musulmanes en 1369, supuso la salida de la imagen de la ciudad y por consiguiente que se le perdiese el rastro a la primitiva imagen de la Virgen.
Pero en 1704, la pérdida de Gibraltar supone el renacer de Algeciras y la construcción de una nueva Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, que comenzaría a tener servicios religiosos a partir del año 1738.
Es entre esos dos años, 1704 y 1718, cuando se sitúa la leyenda de la actual imagen de Nuestra Señora. Parece ser que un barco procedente de Italia y con dirección a Cádiz, se refugió en nuestra bahía con motivo de un temporal. Cuando las aguas se calmaron, la nave intentó proseguir su camino, pero el temporal volvía. Y así lo intentó varias veces y el temporal volvía en cada intento. La imagen de una Virgen con una palma en su mano que llevaba a bordo, y que casualmente coincidía con nuestra advocación mariana, la desembarcaron en Algeciras y el barco pudo seguir su rumbo sin más obstáculos. Interpretándose el hecho como un deseo de la Virgen de quedarse en Algeciras.
Ya en 1920, al no constar el título de patrona de manera oficial, el Ayuntamiento de Algeciras se lo solicitaba al Papa Pío XI que por supuesto tuvo a bien concederlo por rescripto pontificio el 23 de marzo de 1923.
Estos breves datos históricos y la veneración que sienten los algecireños por su Patrona deberían de ser motivo más que suficiente para que la Virgen fuese coronada canónicamente por el obispado de Cádiz, algo que la Hermandad de Nuestra Señora de la Palma y el Consejo de Cofradías llevan intentando desde hace años contando siempre con la negativa del obispo Zornoza.
De hecho, en una decisión sorprendente y muy discutida entre los feligreses de la ciudad, el obispo decidió en el año 2017 coronar canónicamente a María Auxiliadora, una imagen también muy querida, pero sin duda de menor arraigo y devoción en Algeciras.
¿Por qué entonces el obispo se niega a coronar a La Palma? Evidentemente, nunca ha dado una explicación oficial sobre el tema, pero los que le conocen bien saben que se trata solo de dejar muy claro quién manda en la diócesis, ya que su decisión carece de los más mínimos criterios objetivos para mantenerse por más tiempo, aunque sea una decisión que ofende gravemente a los creyentes algecireños.