Si, yo voy a cargar con mi dolor a cuestas y me subiré a tu lado por la vida compartiendo mi cruz con todos mis hermanos , compartiendo sus cruces con la mía.
Atame , si es necesario ,
Atame a ti con irrompibles lazos , átame bien , y oblígame a ser tu Cirineo.
El Señor es mi pastor . Sólo con que nos creamos eso, cambiarán nuestras vidas . Se nos irá la ansiedad , se disolverán nuestros complejos y volverá la paz a nuestros atribulados nervios .
Vivir de día en día , de hora en hora , porque él está ahí . El Señor de los pájaros del cielo y de los lirios del campo . El Pastor de sus ovejas . Si de veras creemos en él , quedaremos libres para gozar , amar y vivir . Libres para disfrutar de la vida .
Cada instante es transparente , porque no está manchado con la preocupación del siguiente . El Pastor vigila , y eso nos basta .
Es bendición el creer en la providencia . Es bendición vivir en la obediencia . Es bendición seguir las indicaciones del Espíritu en las sendas de la vida .
Déjame que yo vende con besos tus heridas , que te unja la carne con nuestro pobre aceite , que quite con cuidado tu corona de espinas , que sepa amarte muerto , ya que no supe vivo .
Duerme ahora y descansa , Señor . Duerme y confía en que el mundo será mejor cuando tú vuelvas.
Yo sé que volverás , que tú no puedes morir del todo.
“El Señor es mi Pastor . Nada me falta “.
Patricio González
