En la actualidad, el proceso de concentración demográfica en las ciudades ha incrementado la importancia de dar una respuesta a las necesidades de movilidad, tanto en las grandes aglomeraciones metropolitanas como también en las pequeñas y medianas ciudades, en las que el uso del automóvil es más frecuente. En este contexto, se hace necesario desarrollar redes de transportes capaces de dar a los ciudadanos un servicio flexible y competitivo que favorezca la movilidad y, con ello, el desarrollo económico y social de cada municipio.
Y es que, no cabe duda que el transporte urbano colectivo es un servicio de notoria importancia e impacto en el ámbito municipal. De hecho, en aquellos municipios de más de 50.000 habitantes se articula como un servicio público de obligada prestación, según lo establecido en el artículo 26 de la Ley 7/1985 de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local. Desde el punto de vista de la protección del medio ambiente y el desarrollo energético, debemos llegar a alcanzar aquello que denominamos “movilidad sostenible”, para lo que se precisa adoptar una política de transportes coherente y contar con apoyos económicos que hagan eficiente el sistema de transporte urbano y metropolitano de nuestras ciudades. En este sentido, tanto la Administración General del Estado como la Administración Autonómica contribuyen a la financiación del transporte urbano para paliar el déficit tarifario propio del servicio público ofrecido.
A principio del año 2016, el Ayuntamiento de Algeciras inició un proceso recuperación de la prestación del servicio de transporte urbano colectivo −prestado en aquel momento por la empresa privada CTM− con el fin de gestionarlo a través de la empresa pública ALGESA para intentar abaratar costes y mejorar la calidad del servicio. Tras varios años de gestión podemos afirmar, sin ningún atisbo de duda, que la consecuencia de todo ello no es otra que una política de aumento del gasto público con una repercusión negativa en la calidad del servicio.
Como es fácilmente constatable, la gestión del servicio de transporte urbano es nefasta, en tal sentido, se ha disminuido el número de líneas y la frecuencia de los autobuses. El mantenimiento de estos tampoco escapa al abandono general que sufre la ciudad, pues es deficiente y cuenta con un parque vehicular obsoleto donde la mitad de la flota está averiada y la otra mitad adolece de problemas mecánicos. Tampoco se invierte en mejorarla y se eterniza la llegada de autobuses más beneficiosos desde el punto de vista medioambiental y energético. La cancelación de líneas y horarios se ha vuelto algo cotidiano ocasionando un perjuicio grave para todos los que se desplazan diariamente hacia los centros de trabajo, centros escolares y otros focos de interés. Esta triste situación está repercutiendo incluso en la salud de los trabajadores. Se hace absolutamente necesaria una gestión eficaz y eficiente desde una perspectiva social y económica.
Llegados a este punto, es preciso subrayar la imposibilidad de soñar con una “ciudad europea, social, verde y dinámica” mientras se tengan infraestructuras tercermundistas en materia de transporte. Se hace una política desbordante de demagogia subversiva cuando se vende una “Algeciras Capital” mientras se vota en contra de aumentar la inversión para mejorar la línea ferroviaria y conectar la ciudad con el resto del territorio
nacional; olvidando que el transporte en general, con independencia del medio por el que sea realizado, es un fenómeno socio-económico de máxima importancia.
La degradación que ha sufrido el servicio del transporte colectivo urbano desde su municipalización, no es sino otra muestra más de la incapacidad del actual equipo de Gobierno para gestionar los servicios públicos y resolver los problemas de la ciudad.
Un comentario
Por que tengo que pagar un canon en los taxis por vivir en una zona alejada del centro y sin posibilidad de transporte público?