Estamos a un paso de la Navidad y lo que se llama la incidencia acumulada sigue subiendo acercándose a niveles muy peligrosos. La media de muertos diarios en España es de doscientos y ya se toma como una cifra más. Es lamentable como todo esto llega a deshumanizarte. Están en otra onda. Se ofrecen muchas informaciones diarias, la mayoría, confusas y en diecisiete versiones diferentes dependiendo de la Comunidad Autónoma que sea. Se debería publicar para estos días una Guía para saber qué hacer en función de una Comunidad Autónoma u otra, o por una Comunidad por la que haya que atravesar para ir a otra.
Se nos habla de confinamientos perimetrales pero siguen llegando y saliendo aviones (Muchos de ellos ingleses cuando ya se ha cerrado por parte del Gobierno español los viajes a Reino Unido).
En el tema de Gibraltar, las informaciones son totalmente contradictorias, “El País” dice una cosa hablando ya, prácticamente, de un espacio Shengen con Gibraltar y la Ministra de Exteriores nos dice que la Verja será la frontera exterior. Confusión total entre los trabajadores y empresas españolas que tienen que sufrir a diario estas informaciones contradictorias. De todas formas, cualquier medida, se tomará en el mes de abril que es cuando se pretende tener terminadas la obras en la zona fronteriza. Por tanto, no hay porqué poner nervioso a nadie diciendo que el uno de enero esto va a cambiar. Para mejor información es mejor seguir a mi amigo Lorenzo Pérez-Periañez, miembro del Grupo Transfronterizo antes que a la propia Ministra de Exteriores.
Por otro lado, el trato que están recibiendo los 6000 camiones retenidos en Inglaterra (De los que unos 600 son españoles) es lamentable hasta con falta de comida e higiene, permaneciendo ya tres días abandonados. Ahora están a la espera de un test (unas informaciones hablan de una PCR y otras de un test de antígenos), para poder cruzar hasta Francia. Pero si fuera PCR aún tendrían que esperar otras 72 horas.
No quiero ni pensar si esto mismo estuviese ocurriendo en España. Nos estarían poniendo a parir y tildándonos de un país tercermundista y una publicidad de lo más negativa por parte de la prensa inglesa.
Y por último, la gente sigue igual, y con ganas de jaleo navideño. Esto llega hasta dar miedo. Por favor, quédense en casa. Suerte que falta nos va a hacer.
