Estoy oyendo a Fernando Simón que nos está hablando de que comienza la recuperación. Sin embargo son 909 muertos este fin de semana, el mayor número desde la primera oleada. Además, 47.095 contagios. Si esto es recuperación que venga Dios y lo vea. Pero ellos siguen así con cosas tan absurdas como las de salvar la Semana Santa después de todo lo que está pasando. La política está por encima de las necesidades médicas.
Pero las vacunas harán su trabajo y esperemos que algún día la economía se recupere. Pero, desde luego, no será gracias a la clase política totalmente desgastada y sin credibilidad alguna para los ciudadanos. Vuelvo a repetir que la recuperación será cosa de los españoles. Sobre todo, de los que ahora están sufriendo una tremenda crisis sanitaria y, además, sienten el peligro de una situación económica desastrosa.
Desde hace siglos, creemos que somos un pueblo desordenado, indisciplinado y cainita. Complejo totalmente inexplicable y también injustificado porque nuestros logros han sido soberbios.
Durante los largos meses del confinamiento domiciliario, los ciudadanos demostraron saber enfrentarse a una situación totalmente estresante y hasta peligrosa. Casi un año después, salvo esos pequeños grupos que hay en todos los sitios, la prudencia ha sido la norma de la mayoría. Otra cosa distinta es que los mensajes confusos y contradictorios que nos envían desde el Gobierno central y los autonómicos, hagan que la fatiga y el hastío total crezcan cada día y sean capaces de difuminar una actitud ejemplar.
La confianza en la vacuna es enorme ( y la única). La confianza en la clase política es mínima. Por tanto, tenemos que confiar en nosotros mismos porque seremos los únicos capaces de sacar esto adelante. A cuidarse todos.
