Si, si, no me he equivocado, he escrito perimental en vez de perimetral. No es mía la palabrita sino que se la oí este pasado fin de semana a mi escritor favorito Juan José Millás. Y la verdad es que ha dado en el clavo. Desde que el 14 de marzo comenzó el Estado de Alarma y transcurridos ya casi siete meses, ese es nuestro estado: confinamiento perimental. Noventa y ocho días de confinamiento en el Estado de Alarma, desescalada con desconfinamientos de sube y baja, segunda oleada.
Lo más normal es que se tengan diversos procesos depresivos, dudas en los días de la semana.Y, luego, una desescalada a lo bestia…..y vuelta a empezar. Confinamientos parciales por ciudades y por barrios, pero, sobre todo, alienados, sumidos en la desesperanza y aunque se han recuperado los derechos civiles después del Estado de Alarma, nos lo van quitando poco a poco, con órdenes que en muchos casos no tienen ni sentido.
Mientras, la gente va con sus certificados para poder circular aunque no hay nadie que se los pida. Y ocurre una cosa que sería graciosa si no fuera por el drama que supone. Y es que se han endurecido las restricciones en Madrid. Antes eran algunos barrios y distritos , ahora es Madrid entero. Podría parecer que se han endurecido las medidas pero resulta todo lo contrario. Antes no podían salir los ciudadanos de sus propios barrios confinados, ahora pueden moverse por todo Madrid. Resulta que las medidas , realmente, se han suavizado en vez de endurecerlas.
¿Es esto normal?. Yo creo que no, esto forma parte de una estrategia conjunta porque de no ser así, el Gobierno de Madrid debería haber protestado o haberse congratulado porque las medidas se han suavizado en realidad. No, aquí solo se echan las culpas unos a otros. Y lo triste de todo es que a día de hoy , tenemos 261 muertos, las cifras suben. Diferentes capitales y ciudades de España están otra vez confinadas. Andalucía sube el número de contagios como la espuma.
Han conseguido tener un pueblo sumiso, que en un 99% obedece todas y cada una de las normas que, además, las cambian por días. Nos decían que eran fundamentales las mascarillas, la distancia social y la higiene. Hoy mismo nos dicen que hay que añadir mucho exterior porque los lugares cerrados son más propicios. Y , por otro lado, nos cierran parques. Nos hablan de los tests rápidos y los PCR. Ahora , aparecen los de antígenos. Todo eso provoca la confusión y una sumisión tan grande que la mente empieza a dudar de todo. Es lo que Millás llama CONFINAMIENTO PERIMENTAL.
