“Les garantizo que ustedes jamás van a gobernar este país, pero si llegasen a gobernar algún día, ustedes sí que iban a tener huelgas y movilizaciones masivas”. Estas son palabras textuales de la Ministra de Trabajo (comunista ella), Yolanda Díaz, que, además llamó al Papa “Santo Padre” y le cogió las manos como si se le hubiese aparecido Lenin o Fidel Castro en el mismo Vaticano.
Esto es lo que tenemos en el Congreso que parece una cancha de pollos de pelea. Hasta Pablo Casado que habla más o menos correctamente, se saltó esta semana todo con ese: ¿Qué coño tiene que pasar en España para que usted asuma alguna responsabilidad?”.
Luego quieren que los ciudadanos se comporten cívicamente y obedezcan todas las “recomendaciones” cuando ellos no son referentes de nada. Como dijo aquel: “cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”.
Esto está ocurriendo en España desde hace algún tiempo, con una izquierda que no quiere a la derecha aunque los ciudadanos la voten en libertad. Pero es que a la derecha le pasa lo mismo.
Pero que en el Congreso se llegue a organizar un acto contra los jueces y policías con el apoyo del Partido Socialista es la prueba más fehaciente de que todo esto no puede traer nada bueno. Nunca se había atacado tanto a los jueces y a las fuerzas de seguridad en democracia, como está pasando ahora, pero que , encima, se haga desde el Congreso y con el apoyo expreso del Partido Socialista resulta absolutamente escandaloso.
Y todo esto porque la política en España, y no solo aquí, ha quedado reducida a una mera lucha por el poder. Pero en España es algo que resulta tremendo y cada debate termina convirtiéndose en una guerra dialéctica entre líderes, cuando no en un circo (con perdón de los circos) como ha ocurrido esta misma semana.
Mientras esto sucede, los españoles asistimos a la enésima subida de la luz que vuelve a batir casi a diario un record histórico en la subida, aunque resulta extraño que esto no le interese para nada a los sindicatos.
Así nos va.
