Al menos siete voluntarios de la ONG World Central Kitchen (WCK), del chef José Andrés murieron anoche en un bombardeo del Ejército de Israel contra su vehículo en la gobernación de Deir al Balá, en el centro de la Franja de Gaza.
Entre los fallecidos en la ofensiva israelí contra los palestinos de la Franja de Gaza hay varios occidentales: un ciudadano británico, un polaco, un australiano y dos estadounidenses, además de un conductor palestino, según datos de la propia organización.
Los voluntarios de World Central Kitchen (WCK) se encontraban en el enclave palestino en el contexto de la misión humanitaria iniciada junto a la ONG Open Arms para establecer un corredor humanitario marítimo entre Chipre y la Franja ante las enormes dificultades a las que se enfrentan las operaciones para la entrada de ayuda por tierra.
Según la Media Luna Roja Palestina, murieron cuando un misil alcanzó el convoy de WCK en Deir al Balah mientras se dirigían de Rafah a la ciudad de Gaza para recibir nueva ayuda entregada por el barco Open Arms.
La ONG ha reconocido las muertes de los voluntarios, asegurando que se trata de una «tragedia» y lamentando que los trabajadores humanitarios «nunca deberían ser un objetivo». El chef José Andrés se ha mostrado desconsolado y afligido y ha pedido a Israel que ponga fin «a esta matanza indiscriminada».
«Estas son personas (ángeles) con las que serví en Ucrania, Gaza, Turquía, Marruecos, Bahamas, Indonesia. No son personas sin rostro, no son personas sin nombre», ha añadido, recalcando a las autoridades israelíes la necesidad de «dejar de restringir la ayuda humanitaria» hacia el enclave.
«No más pérdidas de vidas inocentes. La paz comienza con nuestra humanidad compartida. Tiene que empezar ahora», ha zanjado el chef, pidiendo que se dejen usar «los alimentos como armas» y que se pare de «matar a civiles y cooperantes».
