La investigación sobre la aparición de los cadáveres de un algecireño y su pareja en una vivienda en Montilla ha concluido, tras el informe preliminar de la autopsia, se ha determinado que los fallecidos murieron tras sufrir un accidente por electrocución. Así lo ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que apunta a que apunta a que «no se ha hallado ningún indicio de criminalidad». De hecho, esta mañana, el contador de la casa donde aparecieron los cuerpos estaba precintado.
El caso se encuentra en manos del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Montilla, en funciones de guardia cuando se descubrieron las muertes. El equipo médico forense elevará al órgano, cuando disponga de todos los estudios complementarios, el denominado informe definitivo de autopsia.
«Hay que esperar el resultado final, pero con ese informe prerliminar los forenses dan por hecho que las muertes han sido por electrocución», ha declarado el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba, Ramón María Clemente, quien ha añadido que «ahora nos toca a nosotros investigar las causas y confirmar si ha sido un accidente; proceder a la inspección ocular y comprobar si el suceso se ha producido, por ejemplo, por una mala instalación eléctrica. Pero ya se descartamos un caso de violencia de género».
Sobre cómo pudieron fallecer, los primeros indicios apuntan a que fue ella la que se electrocutó en primera instancia y su pareja, quizá al tratar de ayudarla, murió a continuación.
El suceso, que ha provocado una gran conmoción en el pueblo, se produjo sobre las 16.00 horas de este jueves, en la calle Rafael Alberti del barrio de las 88 Viviendas. Los finados son Auxiliadora, de 42 años, que tenía dos hijas y dos nietas. Estaba separada y había sido trabajadora discontinua del Servicio Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Montilla. Él, de Algeciras, contaba con 32 años. Llevaban poco tiempo de relación, algo más de un mes.
Fue la madre de ella la que descubrió los cuerpos. La llegada de las Fuezas de Seguridad desató un gran revuelo en la zona y diversas hipótesis empezaron a circular: algunos residentes apuntaban a un caso de violencia de género; otros, por el contrario, como las trabajadoras del supermercado que hay frente a la vivienda, han preferido guardar silencio. «Sí, venía a comprar aquí, pero no sabemos nada». Los primeros informes han desmontado las teorías más peregrinas y truculentas, ya que todo ha sido un fatal accidente.
