Verdemar–Ecologistas en Acción denuncia que Gibraltar ocupa más del 20 % de la Zona de Especial Conservación del Estrecho Oriental y convierte la zona en la “gasolinera flotante” del Mediterráneo
Verdemar–Ecologistas en Acción denuncia que Gibraltar sigue incumpliendo de manera sistemática las normativas reguladas en el ANEXO 1 sobre usos y actividades en la Zona de Especial Conservación (ZEC) del Estrecho Oriental, ocupando ilegalmente más del 20 % de este espacio protegido, concretamente en la zona del Búnker.
En la bahía de Algeciras y en la “cara este de Gibraltar” fondean buques petroleros, butaneros y cargueros para realizar bunkering, una actividad prohibida por el artículo 10 del Plan de Usos de la ZEC, que establece claramente la prohibición del fondeo permanente de buques tanque dedicados al suministro de combustible en el interior del espacio protegido.
A pesar de ello, Gibraltar se ha convertido en el puerto de bunkering más grande del Mediterráneo, trasvasando más de 4 millones de toneladas de hidrocarburos al año sin las medidas de seguridad necesarias y fomentando el uso de fondeaderos exteriores irregulares, que ponen en grave riesgo la biodiversidad del Estrecho y del Mar de Alborán.
Impactos ambientales y socioeconómicos
La actividad frenética y sin control del bunkering sigue provocando accidentes y vertidos en el Lugar de Importancia Comunitaria ES6120032 del Estrecho Oriental, ocasionando graves daños a la pesca artesanal, al medio marino y al turismo de la Costa del Sol.
Expansión de los fondeaderos ilegales
Tras el accidente del buque Fedra en 2007, Gibraltar ocupó como fondeadero exterior 400 hectáreas a 2 millas al este del Peñón, dentro del LIC Estrecho Oriental, ampliando así su huella en aguas en litigio. En 2025, además, prepara un nuevo fondeadero de más de 1.000 hectáreas, también dentro de este espacio protegido de la Red Natura 2000.
La presión es tal que, aprovechando la figura del “Paso Inocente”, decenas de buques esperan a muy baja velocidad en el Mar de Alborán antes de ser avituallados, generando un reguero constante de tráfico marítimo con riesgo de accidentes y vertidos.
Una “gasolinera flotante” en un espacio protegido
“Gibraltar ha convertido el Estrecho en una gasolinera flotante entre el Atlántico y el Mediterráneo, colonizando aguas en litigio, degradando un espacio protegido de la Red Natura 2000 y actuando al margen de la normativa europea y española”, denuncian desde Verdemar–Ecologistas en Acción.
La organización ecologista exige al Gobierno de España y a la Comisión Europea que actúen con urgencia para frenar estas actividades ilegales, restaurar los daños ambientales y garantizar la protección de un espacio marino de importancia internacional para la biodiversidad.