La trama Koldo es uno de los casos más actuales pero, que a su vez, está pasando desapercibido para algunos. Una trama que está destapando irregularidades en la administración de muchos políticos, incluidos el alcalde de la vecina localidad de San Roque, donde fuentes aseguran ciertos actos que son cuanto menos bochornosos.
Dentro de esta trama estamos viendo redes de prostitución, consumo de estupefacientes, manejo irregular de dinero, contratos con magnates…¿Habéis escuchado que alguien haya dimitido? ¿En qué cabeza cabe que el partido que quiere ilegalizar la prostitución tenga políticos que la consumen y de una manera bastante regular?
En política no todo vale y no todo puede ser pasado por alto.
Pero no todo acaba aquí, la cúpula del PSOE aprovechó esta situación para volver a poner como tema central a Ayuso y en esta ocasión a su pareja actual. Una “noticia” que ha acabado dándole la razón una vez más a Ayuso y dejando en clara evidencia un partido que se hace llamar “partido del pueblo” pero que es del pueblo porque se abastece a base de su dinero.
¿Tenemos en España libertad de prensa? Recuerden que el ejecutivo de Pedro Sánchez se ha gastado una cantidad indecente para saber cuándo se nombra la palabra “Sánchez” en redes sociales. ¿A qué le tienen miedo? ¿Han hecho algo que no quieren que sepamos los ciudadanos?
Da que pensar cuando una trama tan contagiosa como la de Koldo, salpicando no solo a militantes socialistas o políticos del mismo partido sino también a familiares y otras entidades que nada tiene que ver con política sea opacada por una supuesta irregularidad de la pareja de Ayuso, que como digo ha acabado evidenciando al PSOE. Y que la súper ministra de Hacienda, María Jesús Montero facilitase el nombre y la cantidad que “debía” un ciudadano anónimo vulnerando así algunos de los principios más básicos como son el derecho al honor y el derecho a la protección de datos es una prueba más de la sociedad que están creando, la de la sinvergonzonería.
Piensen ustedes mismos, para juzgar ya están los jueces.
Alejandro González Harillo
