Baja la edad media de los contagios del virus y se nos dice que todo se achaca al ocio nocturno y a la fuerza de los jóvenes que se creen inmunes. Que sí , que puede que haya una gran cantidad de jóvenes que se crean totalmente inmunes pero no hay nada más que fijarse en las imágenes de los llamados “negacionistas”, gentuza antivacunas que niegan la existencia del virus y eran miles, pero no sólo jóvenes sino de todas las edades y que nos están poniendo en peligro a todos.
Niegan la existencia del virus. Que se lo pregunten a los 20.000 mayores de residencias o a sus familiares. Que le pregunten a los familiares de lo 45.000 muertos y que al principio no le poníamos cara pero, ahora, a muchos de ellos tenemos presente sus caras , sus nombres y sus apellidos. Manifestaciones estas que no se han quedado reducidas a Madrid, sino que también las ha habido ya en Barcelona o en Sevilla.
No, no todos son jóvenes. No hay más que salir a la calle a hacer una gestión para darte cuenta de cómo, todavía, a estas alturas, hay muchos y muchas que no se toman en serio que estamos ante la mayor tragedia desde la Guerra Civil española.
Yo salgo poco porque tengo un respeto enorme a lo que está pasando. Hago mis tertulias de radio telemáticas, también en Onda Algeciras por Skype y tengo mis miedos . Y que sí, que ya se que también hay que perder miedo al miedo. Pero también hay que cumplir las normas, aunque algunas te parezcan absurdas. Son las que son y las que tenemos. Y hay tres muy sencillas: mascarilla, distancia social e higiene. Pues ni eso.
Vas a hacerte una analítica en la que hay que guardar el protocolo y la cola correspondiente y ves como la gente intenta colarse, no cumple la distancia y encima se enfadan.
El respeto y orden que se tenía al principio del Estado de Alarma en los supermercados, ya se ha perdido. Las distancias bien señaladas con flechas no se cumplen en la mayoría de los casos y si le dices a quien sea que por favor la respete, te miran como si fueses un bicho raro.
Así que habrá mucha culpa de políticos , pero hay también una falta de responsabilidad ciudadana que es tremenda, si , tremenda. Y así no vamos a ninguna parte.
