El Parque arqueológico de las murallas medievales de Algeciras se encuentra al final de la calle Alfonso XI o calle Convento en su confluencia con la Avenida Blas Infante. Abarca unos 6.000 metros cuadrados y se complementa con el Centro de interpretación de la cultura andalusí situado en un edificio cercano en la calle Fuerte de Santiago.
Aunque Algeciras estuvo amurallada desde los primeros tiempos de la invasión musulmana de la península, el conjunto defensivo que conservamos en la actualidad fue construido entre los años 1279 y 1285, época en que la ciudad se encontraba bajo el dominio de la dinastía marroquí de los meriníes.
Las vicisitudes históricas por las que ha pasado Algeciras: su reconquista por Alfonso XI en 1344, su posterior destrucción por el rey granadino Muhammad V en 1379, su despoblamiento hasta la pérdida de Gibraltar en 1704 y su nueva revitalización a partir de entonces, acabaron convirtiendo el lugar en un cuartel de infantería.
Sería ya en 1997, cuando el Ayuntamiento presidido por Patricio González en un gobierno de coalición PA-PP, recuperase estos terrenos a los militares y comenzasen las intervenciones arqueológicas para poner en valor los restos de las murallas medievales que ahora podemos contemplar.
El Parque arqueológico está compuestas por una muralla defensiva de cien metros, cuatro torres de época bajomedieval y otras dos de menor tamaño. A pocos metros del muro defensivo se encuentra un antemuro de tapial y un foso de seis metros de profundidad, atravesado por un puente de acceso a la Puerta de Gibraltar o Puerta del Fonsario. Alfonso XI se refería en sus crónicas con la palabra “Fonsario” al cementerio islámico ubicado a las afueras de la ciudad, cuyo único acceso por la zona norte era la denominada Puerta del Fonsario, situada junto las mencionadas tumbas islámicas.
Las cuatro torres presentes en el parque arqueológico se encuentran separadas entre sí unos 20 metros y están construidas con muros de mampostería cubierta de sillares bien labrados con forma troncopiramidal para encajar mejor en la estructura del núcleo de mortero. Las dimensiones de los restos conservados son unos siete metros de lado y apenas dos de altura, desconociéndose la altura de la muralla original y si las torres estarían enrasadas con ella.
El foso posee completa la escarpa y contraescarpa en casi todo su trayecto, ambas estaban construidas por cal y canto con sillería de menor tamaño que la de las torres, posee una anchura variante entre 8.20 y 4.40 metros y unos 3 metros de profundidad. Escarpe y contraescarpe del foso hacen de basamento para la barbacana y el parapeto respectivamente, del parapeto no se conservan restos pero se supone que no debía superar el metro y medio y estaba construido por calicanto, la barbacana por el contrario ha podido ser estudiada con profundidad, se encontraba a entre 12 y 18 metros de la muralla y se alzaba unos 2 metros de la liza, poseía un núcleo de cal y canto revestido de sillares de peor factura que los de las torres.
El foso rodea la Puerta de Gibraltar por todos sus lados formando una bifurcación en ángulo recto. El paso a la puerta se realizó mediante un puente de un solo ojo de buena construcción que se conserva prácticamente íntegro, sus dimensiones son de 3,5 metros de ancho y siete de longitud. El paso desde la puerta a la zona de liza, ya cerca de la muralla, se llevaba a cabo mediante un segundo puente, también de un solo ojo aunque de luz más pequeña que el anterior.
La llamada Puerta de Gibraltar o Puerta del Fonsario, es un complejo defensivo monumental formado por una torre adelantada que tenía como objeto impedir la entrada a la ciudad por uno de sus puntos más débiles, mediante un complejo sistema de puertas en acodo.
El conjunto se completa con la exposición de diversos elementos arquitectónicos singulares localizados en el lugar y de difícil ubicación tales como molduras. También se construyeron tres contenedores metálicos que albergan parte de los numerosos bolaños de piedra encontrados en el lugar, correspondientes a las catapultas utilizadas por las tropas de Alfonso XI durante el asedio de 1344.
También en el centro de interpretación, junto a las murallas podemos ver una serie de herramientas didácticas de gran interés, como la proyección de un video, breve y de gran atractivo, datos de gran relevancia histórica y más de una veintena de instrumentos y utensilios de la época hallados en las murallas medievales: puntas de lanza, flechas, jarros o estelas funerarias. Se pueden consultar mapas de la época, tanto de Algeciras como de su entorno, junto con un panel de estratigrafía del terreno sobre el que se erigen las murallas. Asimismo, se reproduce un enterramiento de la época, como los encontrados bajo el propio centro de interpretación.
Señalar por último que en la actualidad existe un proyecto del Ayuntamiento para darle aún más realce a las murallas, recreciendo parte de las antiguas edificaciones, con el objeto de que pueda visualizarse mejor este imponente vestigio arqueológico de lo que fue la Algeciras meriní del Siglo XIII.