El pánico por la llegada de los talibanes ha desatado el caos en Kabul, la capital de Afganistán. Miles de ciudadanos temerosos de quedar atrapados por los extremistas islámicos tratan de alcanzar el aeropuerto con la esperanza de poder salir del país.
Al menos cinco personas han resultado muertas en la mañana de este lunes tratando de alcanzar la pista. Mientras, siguen oyéndose algunas noticias de saqueos y abusos en la ciudad por parte de los talibanes.
Unos radicales islámicos que ya han decretado en todo el país que las mujeres no puedan ir a la escuela, salir de su casa si no es en compañía de su padre o de su esposo y por supuesto el uso obligatorio del burka.
Mientras tanto Biden y sus aliados occidentales como Pedro Sánchez miran para otro lado y están permitiendo esta crisis humanitaria de los afganos que durante años apoyaron a las fuerzas democráticas de la OTAN y que ahora se han quedado tirados a merced de unos talibanes que ya han empezado a degollarlos sin piedad. Sin duda, una retirada que supera en ridículo a la que los americanos hicieron en Saigón en 1975.