La verdad es que la situación actual de España es un desastre. No podemos ni debemos maquillar el diagnóstico ni rebajar la intensidad de lo que realmente nos está ocurriendo. Las cifras de contagio que se están manejando son las más altas de Europa y se encuentra entre las cinco peores del mundo.
Estamos a punto de ver como se llenan las empresas y los colegios sin que existan planes que aclaren la situación con la que se van a encontrar miles de personas esta misma semana.
Todo se aceleró para que viniesen los turistas. La desescalada fue demasiado rápida. Sin embargo, los turistas no vinieron y la situación actual del sector es desesperada y la situación sanitaria ha empeorado . Una gran crisis nos envuelve y lo peor es que cada día va empeorando porque lo peor está por llegar en todos lo ámbitos: el social, el económico y el sanitario. Y desde luego, el ámbito político ya ha tocado fondo y es nefasto, todos.
El Gobierno responsabiliza a las Comunidades Autónomas de todas las gestiones que tienen transferidas y la falta de coordinación entre Gobierno y Comunidades es clamorosa. Y la sensación que tenemos de estar a la deriva ya está causando una gran inquietud entre la ciudadanía.
Se está llegando tarde a todo y las medidas que se toman son totalmente insuficientes y siempre van detrás del virus, por detrás de la realidad social y por detrás de la realidad económica.
Ha llegado la hora de la unidad de los distintos partidos y también de los españoles. Es el momento de arrimar el hombro y olvidar los intereses partidistas. Ya se que esto es difícil pero hay que hacerlo. Es el momento de la lealtad y de buscarnos un futuro que hoy por hoy está muy complicado.
El Presidente ha lanzado un mensaje en ese sentido pero el primero que tiene que creérselo es él porque unidad no es sumisión. Así que el mismo debe escucharse su mensaje y transmitirlo y tener de una vez auténtica altura de Estado.