La jornada del viernes, 9 de febrero, quedará marcada en los registros históricos como un trágico episodio en la lucha contra el narcotráfico en la provincia gaditana. En Barbate, dos agentes de la Guardia Civil perdieron la vida, mientras otro resultó herido, en un suceso que evidencia la creciente violencia asociada al crimen organizado en la región.
Los acontecimientos trágicos no sorprenden a quienes han estado observando la escalada de la violencia en la provincia de Cádiz. Los cuerpos de Seguridad del Estado llevan años advirtiendo sobre la pérdida del principio de autoridad y el aumento de la violencia por parte de los narcotraficantes. Mientras tanto, los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional claman por más efectivos y mejores recursos para hacer frente a la situación.
El fatídico viernes, hasta cuatro narcolanchas desafiaron a una embarcación de la Guardia Civil dentro del Puerto de la Albufera de Barbate, en un peligroso juego del gato y el ratón. La persecución desigual culminó en una tragedia, cuando una de las narcolanchas arrolló a la embarcación de los agentes, cobrándose la vida de dos guardias civiles y dejando gravemente herido a otro, quien tuvo que ser rescatado del agua.
Los videos compartidos en redes sociales muestran la impotencia de los agentes de la Guardia Civil mientras intentaban detener a las narcolanchas, recibiendo burlas y vitoreos de espectadores desde tierra firme. La falta de medios y el desequilibrio de fuerzas quedaron patentes ante la trágica realidad.
Según fuentes cercanas al caso, las narcolanchas llevaban varios días en el Puerto de Barbate, sin que las autoridades hubieran podido evitar su presencia. Ante la tragedia, se desplegaron varias patrullas de la Guardia Civil, la Policía Local y ambulancias, con las autoridades locales liderando los esfuerzos por contener la situación y brindar apoyo a las familias afectadas.
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