Un gran Algeciras, luchador y combativo como siempre, no pudo con el filial donostiarra en Almendralejo. El Algeciras con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, ha realizado una gran temporada, conseguiendo el ascenso a la Segunda B Pro, aunque no haya conseguido rematarla ganándole a la Real Sociedad B, pero sin duda lo que sí ha conseguido es devolverle el orgullo a todos los algeciristas.
Con más de 3.000 seguidores albirrojos en las gradas que no pararon de animar al equipo en todo el partido, los de Salva Ballesta saltaron al campo con el siguiente once inicial: Vallejo, Almenara, Figueras, Robin, Espejo, Llinares, Iván Turrillo, Corbalán, Alcázar, Romero y Raúl Hernández.
Desde el principio fue un partido muy intenso y equilibrado, jugado de poder a poder.
Los vascuences la tuvieron en el minuto 9 con un tiro al poste de Lobete y los algecireños en el 35 en una buena jugada colectiva que Llinares no pudo culminar.
En el segundo tiempo llegó el gol del Algeciras. Minuto 50, Espejo centra y el donostarria Ezkurdia cabecea sobre su propia portería.
Desgraciadamente, duró poco la alegría, en el minuto 63, un centro de Aldasoro, Figueras también lo convierte involuntariamente en el gol del empate.
El Algeciras siguió luchando y fruto de su dominio fue la gran ocasión de Romero en el minuto 85 que completamente solo falló en el mano a mano contra el portero.
Con el 1-1 llegamos a la prórroga y en el minuto 104 llegó el segundo gol de la Real B. Pero el Algeciras siguió dándolo todo hasta el final, a pesar de que incluso el árbitro balear Mateo Busquets, volcado todo el partido a favor de los vascuences, se tragó un claro penalti por manos de un defensor donostiarra que podía haber supuesto el empate.
En definitiva, no pudo ser, pero la ciudad, la afición y este equipo han demostrado que en este club hay futuro y ganas de volver a ser lo que fuimos. El año que viene en la Segunda Pro si continuamos con el proyecto actual, seguro que habrá nuevas oportunidades.
