Ecologistas señalan la recomendación de empezar a trabajar en la implantación de las medidas a tomar en referencia a las Zonas de Bajas Emisiones, máxime en la comarca del Campo de Gibraltar donde la contaminación ambiental es latente y patente. Sobre el estado de salud ocho son las localidades gaditanas (entre ellas alguna del Campo de Gibraltar), que se encuentran entre las 858 ciudades europeas con mayor mortalidad atribuible a la calidad del aire. El estudio, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en colaboración con investigadores del Swiss Tropical and Public Healt Institute (Swiss TPH) y de la Universidad de Utrecht, incluye en el listado a La Línea, Cádiz, Algeciras, Sanlúcar, San Fernando, El Puerto, Jerez y Chiclana, y apunta que, si todos estos municipios fueran capaces de reducir las emisiones de los dos agentes contaminantes estudiados, partículas finas (PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2), se podrían evitar entre 136 y 600 muertes prematuras al año.
Ecologistas recuerdan que consisten en zonas (Z.B.E.), determinadas en las que se producen restricciones al tráfico de vehículos temporalmente. Por ejemplo, en casos de episodios de contaminación se pueden imponer limitaciones de acceso, de velocidad o la obligación de llevar un distintivo para poder entrar.
Ecologistas recuerdan que el pasado mes de junio de 2021, la Dirección General de Tráfico (DGT) anunció que en 2023 se implementaría un sistema general de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes, así como los municipios de más de 20.000 habitantes que incumplan los criterios de calidad del aire.
Esta medida, encuadrada dentro de la Ley del Cambio Climático, pretende mejorar la calidad del aire y la salud de los ciudadanos, así como mitigar el cambio climático y la contaminación acústica.
Hace no más de una década la idea de restringir la circulación por motivos ecológicos se veía como algo remoto en España. Tan solo si uno echaba la vista hacia el norte, podía comprobar iniciativas como la de Londres o Hamburgo. En ellas, se beneficiaba a los modelos menos contaminantes, como los híbridos eléctricos.
En España, terminamos copiando un modelo que se extendía por Europa con las áreas de Madrid Central y la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona.
Mientras tanto, la presión medioambiental sobre el sector de la automoción ha ido en aumento con datos que consolidaban estas iniciativas, como la de este estudio sobre PM (partículas en suspensión) que tildaba de preocupante la situación en las ciudades españolas. La gran mayoría de urbes no cumplían con el baremo de la OMS, (Organización Mundial de la Salud) unos requisitos que, por cierto, se han endurecido.
