El pasado 2 de Febrero, coincidiendo con el día Internacional de los Humedales, la Junta de Andalucía, tuvo a bien catalogar la laguna Huerta de las Pilas como Humedal e incorporarla al inventariado de Humedales de Andalucía.
La misma que en 2009 la había considerado una charca consecuencia de la lluvia y había tratado de ignorar, incluso despreciar, los argumentos de esta Federación, de los vecinos y de los grupos ecologistas quienes, a base de perseverancia, pudieron evitar su soterramiento y que se convirtiera en un vertedero contaminante de aguas subterráneas, finalmente la ha reconocido como lo que veníamos demandando.
Según el Convenio de Ramsar, del que España es parte Contratante desde 1985, “Un humedal es una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, en constante interrelación con los seres vivos que la habitan.» El objetivo fundamental del Convenio de Ramsar es “la conservación y el uso racional de los humedales, a través de la acción nacional y mediante la cooperación internacional, a fin de contribuir al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”
Sobre dicho Convenio, el Ministerio de Transición Ecológica informa que “aunque en origen su principal objetivo estaba orientado a la conservación y uso racional con relación a las aves acuáticas, actualmente busca el reconocimiento de la importancia de estos ecosistemas como fundamentales en la conservación global y el uso sostenible de la biodiversidad”.
Sin embargo, y aunque desde el Consistorio se pretende trasladar a la ciudadanía que se han desarrollado actuaciones para aumentar la protección de este paraje, la realidad es muy diferente. Muy poco se ha hecho antes de ser declarada humedal y muy poco se está haciendo en fechas posteriores, de forma que la fauna de la Laguna se ve continuamente amenazada por bañistas en verano, pescadores y hasta moteros que allí penetran si ningún tipo de obstáculo ni cortapisa, como recientemente una organización ecologista ha denunciado.
Pero lo que es aún más grave e incoherente, el Consistorio ha aprobado el Plan de Sectorización del Cortijo San Bernabé, donde se asienta la Laguna, por el que se podrán construir unas 2.000 viviendas y supondrá la tala de ingente cantidad de árboles centenarios y el deterioro de los hábitats dentro y en las proximidades de la Laguna que, como abrevadero natural se ha convertido en un recurso necesario e imprescindible para las especies que la habitan y visitan, incumpliéndose de esa forma el Convenio de Ramsar en lo que se refiere a la conservación de los humedales, de su flora y de su fauna.
El Sr. Alcalde, que hace años se comprometiera salvar la laguna, olvida que la importancia de la supervivencia de la biodiversidad en la misma, que ha ido en aumento a pesar de las agresiones mencionadas, depende de la preservación del entorno. Carece de sentido urbanizar dicho lugar, si no es por razones puramente especulativas ya que hay docenas de viviendas deshabitadas y promociones urbanísticas sin acabar en Algeciras. Sin olvidar que la ciudad sigue sin contar con las infraestructuras básicas de una depuración integral de las aguas.
Después de años de tener la laguna olvidada, cuya vigilancia y cuidado ha estado mayormente en manos de la ciudadanía, gracias a lo cual ha aumentado la biodiversidad en la zona, es tiempo de que el Consistorio se vuelque sobre la misma y haga caso a la ciudadanía en sus reclamaciones, evitando, entre otras cuestiones, que se urbanice ese lugar.
