Ecologistas señalan que son pocos los lugares donde los niños pueden campar a sus anchas y los padres y madres estar totalmente seguros de que sus pequeños están a salvo y no tendrán problemas para jugar. En el Campo de Gibraltar se dan continuos episodios de estas características
Algunos de estos sitios son las zonas verdes y los parques, sin embargo es necesario llevar a cabo un mantenimiento de parques infantiles para conservar un estado de forma óptima y así duren mucho tiempo.
El paso del tiempo lo desgasta todo. No hay cosa o persona que no sufra las consecuencias del tiempo. Agentes externos climatológicos como la lluvia o el calor tienen un grave efecto sobre objetos y cosas que están al aire libre como las instalaciones, parques y mobiliario urbano. En especial, los contrastes de temperatura, el cambio de estaciones y el efecto continuo del sol impactan en la superficie de los columpios, toboganes, asientos, plásticos y metales de los parques infantiles.
Y es que aunque sean superficies e instalaciones a prueba de niños éstas deben estar en perfecto estado y cumplir una serie de revisiones anuales para evitar incidentes y problemas. De ahí la importancia del mantenimiento de parques infantiles que debe ser llevada a cabo por una empresa encargada y especializada al efecto.
Hay que tener en cuenta que los parques infantiles son instalaciones que cuentan con materiales blandos y superficies como suelos y tarimas que necesitan una revisión para conservar sus condiciones (flexibilidad, suavidad, nivel de impacto, textura y protección) en un correcto y óptimo estado.
Tampoco hay que olvidar que el auge de los parques infantiles ha provocado una gran demanda de oferta y existen toda clase de modelos. Una de las cosas buenas de los parques infantiles es que pueden adoptar cualquier forma y diseño, el problema de estas instalaciones es que son conjuntos de piezas que conforman un todo.
De ahí la importancia de conservar todos los elementos de los parques desde los suelos, hasta las protecciones y juegos. Además, todo ello debe tener en cuenta la clase de materiales de cada parque. Y es que no es lo mismo reparar un parque de calistenia, que uno para mayores o bien para niños. Además desgraciadamente en ocasiones las gamberradas hacen que el deterioro sea cada vez más frecuente.
