No siguen pidiendo tranquilidad. La única respuesta es que el beneficio es mayor que el riesgo. Esto en sí mismo ya es impresentable y, además, el ridículo es tremendo porque con la vacuna Astrazéneca se ha cambiado del blanco al negro en sólo dos meses.
Miren ustedes, en el mes de febrero la vacuna Astrazéneca estaba dirigida a las personas menores de 55 años porque no se habían hecho pruebas suficientes con las personas mayores.
Entrado el mes de marzo, se suspendió por quince días la vacunación con Astrazéneca por dudas con respecto a la misma. Transcurridos esos días se volvió a la vacunación pero para unas edades diferentes, en este caso para los comprendidos entre 55 y 65 años (Aquí parece que ya no importa eso de que no se habían hecho pruebas suficientes con los mayores).
Ahora mismo, cuando estoy escribiendo este artículo, lo que se ha aprobado es vacunar con Astrazéneca a los comprendidos entre los 60 y 65 años. Y tiro porque me toca.
Con respecto a los próximos días, esto puede cambiar y puede que acepten de 60 a 69 años.
Todo esto está provocando que mucha gente convocada a inocularse la vacuna se ha quedado a las puertas de los centros de vacunación sin haberlo podido hacer.
Pero es que, además, hay dos millones de personas ya vacunadas con la primera dosis que no saben si van a poder vacunarse con la segunda dosis. Hay tres opciones: ponerle la segunda dosis con Astrazéneca. Ponerle la segunda dosis con otra vacuna si es que es compatible. Y la tercera y que ya provoca indignación absoluta es la de que no se le ponga la segunda dosis porque con la primera ya tienen una fiabilidad del 70% (Que es la misma que tendrá la de Johnson & Johnson).
Si esto lo sabían ¿Por qué no lo han hecho antes?. Esto mismo es lo que está haciendo Boris Johnson en Gran Bretaña desde el principio y fue ampliamente criticado. A todo esto nuestro Presidente se ha ido a Angola.
Yo sigo en tierra de nadie pero esto es una vergüenza.
