No se que tipo de daño le habremos podido hacer los hombres a la vicepresidenta primera del Gobierno (Carmen Calvo) para decir las cosas que dice como que el “temazo no está en planchar a las doce de la noche sino que quién va a planchar”.
Personalmente creo que la mayoría de sus gilipolleces con grandes dosis de cinismo forman parte de una estrategia para desviar la atención sobre asuntos tan vergonzosos como el de la canallesca subida de la luz, nada más y nada menos que un 44%. A Rajoy lo machacaron por subir la luz un 4%. Entonces la izquierda, o la extrema izquierda, actuó de manera muy distinta a como lo está haciendo ahora. Podrían echarse a la calle a protestar por el atraco, pero no lo van a hacer porque buscaban colocarse y ahora dentro de las alfombras se está muy calentito, así que ahora salgan otros, que a ellos les da la risa.
Desde luego, en casa de Carmen Calvo, planchará seguramente una criada mal pagada. En mi casa nos repartimos el trabajo como podemos pero, desde luego, lo que no vamos a hacer nunca es poner una lavadora a las cuatro de la mañana para hacerle el juego a estos vividores. A ver cómo son capaces de salir del fango en el que se han metido con lo del recibo de la luz más caro de la historia. Ya Europa les ha dicho el cómo: bajando el IVA.
Carmen Calvo desprecia de una manera visceral toda ideología y a todo aquel que la practique que no sea la suya. Pero su ideología no es otra que la de vivir de la política, algo que lleva haciendo más o menos la mitad de su vida, desde mediados de los noventa. Es la socialista que más veces ha dicho la palabra ultraderecha en los últimos dos años. Y ante algo tan vergonzoso como lo de la brutal subida de la luz, solo se le ocurre decir que “el temazo” es quién se va a levantar a las tres de la mañana a poner la lavadora o planchar, si las mujeres o los hombres.
Es curioso, pero no es lo mismo que suban la luz la izquierda o la derecha. Lo que echó por la boca la ministra de Igualdad, Irene Montero, en La Sexta, con la subida del recibo por parte de la derecha en tiempos de Rajoy, y ahora no dice ni mu porque está liada con lo de Rociíto.
Con lo de la subida de la luz no va a pasar nada, porque ya nos han domesticado. Se nota, incluso, en las colas de la pescadería de un Mercadona cualquiera. Los clientes hemos estado meses guardando una distancia de metro y medio con las caballas y las doradas, aunque a regañadientes. Hace unos días han eliminado la norma, o sea, que ya podemos acercarnos al pescado para ver si está o no fresco, y ahora no lo hacemos, seguimos guardando la distancia. Han logrado domesticarnos.
